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El Banco Pichincha se fundó en el año 1906 en Ecuador con un claro compromiso con el desarrollo del país, y ahora de los países en los que opera, y con el desarrollo de sus habitantes.

Es un grupo líder en el mercado ecuatoriano, siendo la mayor institución bancaria en el país.

A lo largo de su historia ha recibido muchos reconocimientos. Fue considerado el mejor Banco del Ecuador en 2008, según Global Finance. En 2009 obtuvo la calificación de riesgo AAA por el Pacific Credit Rating, y para 2011 tenía dos años posicionado de manera consecutiva entre los 25 mejores bancos de América Latina, de acuerdo con América Economía. Y en 2013 el Centro Mexicano para la Filantropía (Cemefi) designó al Banco Pichincha como Empresa Ejemplar por su labor en RSE.

En la actualidad, Banco Pichincha cuenta con presencia también en Perú, Colombia, España y Miami. En Ecuador tiene más de un millón y medio de clientes satisfechos, que atiende a través de sus canales electrónicos y en sus más de 200 agencias en todo el país. El portafolio de préstamos del banco asciende a más de 1500 millones de dólares.

El propósito del Banco Pichincha es inspirar y retribuir confianza, ofreciendo la mejor experiencia al cliente, transformándose para ser más simples y más eficientes, desarrollando el mejor equipo humano, y realizando una gestión sostenible con impacto social y ambiental. Esto se construye día a día para consolidar la visión de la empresa que es ser el banco más grande y el mejor.

Los valores del Banco son la coherencia, porque actúan con principios de honestidad, integridad y transparencia; el esfuerzo por ser el mejor, buscando la excelencia en todo lo que hacen; la responsabilidad, al cumplir con los compromisos en todas las actividades que realizan; y trascender, actuando como “coaches” de las personas, para ayudarles a sacar lo mejor de sí a lo largo de su ciclo de vida e involucrándose en la comunidad.

En Banco Pichincha promueven la colaboración y búsqueda de sinergias, al mismo tiempo que impulsan los desafíos para generar competitividad sana que inspire hacia la excelencia. Además, promueven las ganas de crecer y superarse, teniendo una actitud autocrítica y de humildad para reconocer cuando se equivocan para superarse y seguir creciendo.